viernes, 28 de abril de 2017

El enano saltarín

¡Hola de nuevo!

Hoy os traigo un cuento que me encanta y me gustaba leer cuando tenía vuestra edad. También dejo tres preguntas al terminar para que las contestéis.

Cuentan que en un tiempo muy lejano el rey decidió pasear por sus dominios, y conoció a un campesino que para parecer importante le mintió, diciéndole que su hija era capaz de convertir la paja en oro hilándola con una rueca." El rey, francamente contento con dicha cualidad de la muchacha, no lo dudó un instante y la llevó con él a palacio. 

Una vez en el castillo, el rey ordenó que llevasen a la hija del campesino a una habitación repleta de paja, donde había también una rueca: "Tienes hasta el alba para demostrarme que tu padre decía la verdad y convertir esta paja en oro. De lo contrario, serás desterrada."

La pobre niña lloró desconsolada, pero de repente apareció un enano que le ofreció hilar la paja en oro a cambio de su collar. La hija del molinero le entregó la joya y... zis-zas, zis-zas, el enano hilaba la paja que se iba convirtiendo en oro hasta que no quedó ni una brizna de paja y la habitación brillaba por el oro.

Cuando el rey vio todo el oro, guiado por la avaricia, ordenó: "Veremos si puedes hacer lo mismo en esta habitación." Y le señaló una más grande y más llena de paja que la del día anterior. 

La muchacha estaba desesperada, pues creía imposible cumplir la tarea pero, como el día anterior, apareció el enano saltarín: "¿Qué me das si hilo la paja para convertirla en oro?" preguntó al hacerse visible. "Sólo tengo esta sortija." Dijo la doncella tendiéndole el anillo. "Empecemos pues," respondió el enano. Y zis-zas, zis-zas, toda la paja se convirtió en oro hilado. Pero la codicia del rey no tenía fin, y cuando comprobó que se habían cumplido sus órdenes, anunció: "Repetirás la hazaña una vez más, si lo consigues, te dejaré ser la dueña de este castillo." Una noche más lloró la muchacha, y de nuevo apareció el enano: "¿Qué me darás a cambio de solucionar tu problema?" Preguntó, saltando, a la chica. "No tengo más joyas que ofrecerte," y pensando que esta vez estaba perdida, gimió desconsolada. "Bien, en ese caso, me darás tu primer hijo," pidió el enanillo. Aceptó la muchacha pensando:"Quién sabe cómo irán las cosas en el futuro." Y como ya había ocurrido antes, la paja se iba convirtiendo en oro a medida que el extraño ser la hilaba. Cuando el rey entró en la habitación, sus ojos brillaron más aún que el oro que estaba mirando, y los dos decidieron casarse.

Vivieron ambos felices y al cabo de una año, tuvieron una preciosa hija. La ahora reina había olvidado el incidente con la rueca, la paja, el oro y el enano, y por eso se asustó enormemente cuando una noche apareció el duende saltarín reclamando su recompensa. 

"Por favor, enano, por favor, ahora poseo riqueza, te daré todo lo que quieras." ¿Cómo puedes comparar el valor de una vida con algo material? Quiero a tu hija," exigió el desaliñado enano. Pero tanto rogó y suplicó la mujer, que conmovió al enano: "Tienes tres días para averiguar cuál es mi nombre, si lo aciertas, dejaré que te quedes con la niña.'' 
Por más que pensó y se devanó los sesos la reina para buscar el nombre del enano, nunca acertaba la respuesta correcta.

Al tercer día, sin saber ya qué hacer se fue a dar un paseo por el bosque. De pronto escuchó a alguien canturrear y detrás de un árbol, se dio cuenta de que era el enano el que cantaba: 


"Hoy tomo zumo, mañana cerveza,
después al niño sin falta traerán.
Nunca, se rompan o no la cabeza,
el nombre Rumpelstiltskin adivinarán!" 


Cuando volvió el enano la tercera noche, y preguntó su propio nombre a la reina, ésta le contestó: "¡Te llamas Rumpelstiltski!"

"¡No puede ser!" gritó él, "¡no lo puedes saber! Y el enano se fue hacia el bosque, enfadado porque había adivinado su nombre. La reina fue muy feliz desde ese día y su hija creció junto a ella.



Resultado de imagen

-¿Crees que estuvo bien que el campesino mintiera al rey para hacerse el importante?
-Si tú fueras el rey, habrías sido tan avaricioso como lo ha sido él en este cuento?
-¿Qué es lo que más te ha gustado del cuento?


Espero que os haya gustado tanto como a mí, nos vemos en la próxima entrada.

1 comentario:

  1. Hola
    1. No, porque encima es su hija.
    2. No, yo solo le hubiera dicho una habitación.
    3. Cuando el enano se va enfadado porque me parece muy gracioso.
    Un saludo
    María

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